Expuesto a nivel nacional e internacional, Philippe Viejo se describe a sí mismo como un pintor viajero.

Varias travesías del Atlántico en velero, una  año de aventura familiar desde Tierra del Fuego hasta Alaska... El artista se interesa por la aspereza de nuestro mundo y la riqueza de los encuentros.

Desde hace más de diez años desarrolla una técnica personal.
trabajando la resina como si fuera vidrio para obtener lo que él llama “sus fragmentos de vida”. Una pintura madura y lograda, encarnada por
material, color, transparencia y luz.

En exposición permanente en la Ciudad de México después de un año de acercamiento artístico en el corazón de esta megalópolis, la “ciudad” aparece como un filigrama en todas sus obras. Para Philippe Viejo, la ciudad de Frida Khalo simboliza muy bien la humanidad, puede ser maravillosa y a veces confusa.

Cuadros de viajes, viajes de pintura, sus cuadros cuentan tanto el mundo exterior como el interior. El que vio el artista.